Manteniéndose siempre al margen de la operación de su hotel al ponerlo en manos de diversas marcas, el empresario Daniel Araf inició la remodelación de lo que fuera el Melody Maker para dejarlo en manos de una nueva cadena, ahora estadounidense, que pretende reabrirlo en noviembre, para lo cual pone en riesgo a los trabajadores al no contar con las medidas de protección adecuadas para laborar en las alturas.

Además, la suspensión de operaciones del hotel tiene en la incertidumbre a más de un centenar de trabajadores, a quienes se les prometió que se les recontrataría cuando reabriera sus puertas, pero saben que mientras no concluyan las obras no pueden volver a laborar, ya que a los huéspedes no les gusta el ruido que generan los trabajadores, molestia que ya vivieron en el pasado y se reflejó en las quejas por afectar su descanso.

De acuerdo a lo previsto, el lugar operará bajo la marca Armar House en sistema Todo Incluido a partir de noviembre, por lo cual los trabajadores se dan a la tarea de preparar la habitación muestra solicitada por la cadena hotelera que lo operará, la cual será validada para continuar con el resto de las habitaciones del lugar.

Lo anterior pone en riesgo a los trabajadores de la obra, quienes laboran en las alturas sin las medidas de seguridad que se requieren para esa tarea, particularmente un arnés que los proteja y evita que puedan sufrir algún accidente durante las maniobras y trabajos que realizan en exteriores.

Desde temprana hora los alarifes se dan a la tarea de realizar las tareas asignadas en las alturas, como parte de los trabajos para desmantelar algunas áreas para hacer la habitación muestra solicitada por la nueva cadena y entrar en un proceso de remodelación general para cumplir con los parámetros solicitados, pues tiene que estar listo en noviembre para la temporada invernal.

Sin embargo, esta no es la primera vez que el empresario trabaja de manera irregular, pues en el pasado decidió también realizar una ampliación disfrazada de remodelación, que incluyó la construcción de dos edificios de cuatro niveles y siete pisos adicionales a la torre central del hotel, además de remodelación de jardineras, área principal, excavaciones, cisternas y remoción de suelo.

Lo anterior llevó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a clausurar la obra, que abarcaba 25 mil 45 metros cuadrados, por no contar con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) aprobada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

En esta ocasión, el empresario pretendería concluir un centro de convenciones con capacidad para mil personas, un spa, un gimnasio y otro estacionamiento, parte de los cuales ya están avanzados, pero no pudieron terminarse tras cancelar de manera anticipada el acuerdo que tenía para la operación del hotel bajo la marca de Melody Maker, tras el fracaso del modelo de negocio enfocado al concepto lifestyle, que combinaba hospedaje con entretenimiento en un ambiente constante de fiesta en la playa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *