Sufrieron un daño desproporcionado por la pandemia de Covid-19, lo que aumenta las brechas laborales.
Ciudad de México.- Las mujeres y los jóvenes sufrieron un daño desproporcionado por la pandemia de Covid-19, lo que aumenta las brechas laborales, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“La pandemia ha afectado de forma desproporcionada en especial a las mujeres y jóvenes y me parece que ya hemos llegado al fondo del pozo, que ya hay rebotes en la actividad económica y no significa una recuperación económica sostenida, pero sí significa que ya hemos llegado al fondo del pozo y empezamos a reaccionar (…)”, dijo en conferencia de prensa, Vinicius Pinheiro, director de la OIT para América Latina y el Caribe.
Sin embargo, en la recuperación de los sectores más productivos, éstos también están dominados por el trabajo masculino, destacó al presentar la segunda edición del “Panorama Laboral en tiempos de la COVID-19: Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina y el Caribe”.
Vinicius Pinheiro añadió que la recuperación económica también lleva consigo un aumento en las brechas por lo que hizo un llamado para realizar pactos sociales a nivel nacional.
“En el caso de la mujeres son trabajadoras de sectores fuertemente dañados por la crisis, por ejemplo, en hoteles y restaurantes.
Pero también en estos dos grupos de trabajadores la informalidad es significativamente mayor que en el resto de los trabajadores y por lo tanto la reducción de materia informal les pega particularmente a estos dos colectivos de trabajadores”, señaló Roxana Maurizio, autora del documento.
Avizoró un panorama más complejo para mujeres jóvenes y con menor nivel educativo.
El organismo internacional alertó sobre la necesidad de adoptar estrategias inmediatas para enfrentar la crisis laboral provocada por la COVID-19 que ha causado la pérdida de al menos 34 millones de empleos, y que podría generar una amplificación de las desigualdades en América Latina y el Caribe.
La OIT afirmó que América Latina y el Caribe es la región con mayor contracción en las horas de trabajo en todo el mundo, con una pérdida estimada del orden del 20 .9 por ciento para los tres primeros trimestres de 2020. Esta cifra casi duplica la estimada a nivel mundial, 11.7 por ciento.