MADRID.- El equipo ucraniano fue superior en la primera parte y marcó tres goles de ventaja. Aunque los españoles lograron dos anotaciones en el segundo tiempo, no consiguieron el empate.
Los goles de Teté, Varane (en contra) y Manor Soloman provocaron una conmoción en el Alfredo Di Stéfano, dado que la primera etapa terminó con una clara ventaja a favor del elenco liderado por el portugués Luis Castro.
Las palabras de Zinedine Zidane representaron la reacción de la potencia de la Casa Blanca, que salió al complemento con una mentalidad opuesta a la pálida imagen que había dejado en el primer tiempo.
Luka Modric, de media distancia, intentó comenzar la remontada con una obra que dejó estático a Anatolii Trubin. La pegada del croata despertó a sus compañeros y Vinicius Junior, quien reemplazó a Luka Jovic, alimentó las esperanzas ibéricas 14 segundos después de haber ingresado.
El espectáculo permitió un desenlace cargado de suspenso. Con el 3 a 2 los esquemas quedaron bien marcados: un Merengue atacando por las bandas con la mayor cantidad de gente posible y un Shakhtar refugiado en su campo con una clara línea de 5 apostando todo por el reconocido Catenaccio.
En los últimos minutos del duelo se observó un monólogo español, que peleó contra la resistencia ucraniana amparada en el sacrificio generalizado de sus intérpretes. El desgaste físico de los atacantes, los calambres y el pedido de actitud entre los protagonistas visitantes representaron las escenas conmovedoras que completaron el pleito.
Además, cuando el reloj marcaba el segundo minuto adicional, Federico Valverde logró emparejar el choque con un remate de media distancia que hubiera significado el 3 a 3; pero la revisión del VAR confirmó que la presencia de Vinicius Junior (en offside) fue determinante para que la pelota ingrese en el arco ucraniano.
En un grupo en el que también están el Inter y el Borussia Monchengladbach, el Real Madrid debutó con una derrota inesperada frente al Shakhtar. Y el próximo sábado buscará revertir la decepcionante producción que dejó en su casa en el clásico de La Liga frente al Barcelona. Al Merengue se le vino la noche.