Birmania.- Al menos 30 personas han muerto a raíz de la violencia desatada tras el golpe de Estado militar en Birmania, del que este lunes se cumple un mes, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).
Conforme a los datos de la AAPP, una veintena de personas perdieron la vida solo el domingo durante la violenta represión de las fuerzas de seguridad, que dispararon con munición real a los manifestantes desarmados, entre los que alrededor de 200 resultaron heridos.
Las muertes se registraron en Rangún, Mandalay, Dawei, Bago, Magwe, Pakokku y Kyaukse, indica la asociación, que advierte de que el número de víctimas mortales y de heridos aumentará de continuar la brutal represión por parte de la Policía y el Ejército.
El organismo no especifica en su comunicado cuando se produjeron las restantes 10 muertes, aunque al menos tres de ellas se las atribuyeron a disparos directos efectuados por la Policía contra los manifestantes en Mandalay y Naipyidó, el 20 de febrero y el día 9 del mismo mes, respectivamente.
Desde la asonada, detuvieron a al menos 1 mil 132 personas , incluidas 299 ya en libertad, apunta la AAPP, que todavía verifica datos de los últimos días, cuando las autoridades han ejercido una mayor violencia contra las protestas pacíficas.
“Creemos que aproximadamente mil personas las detuvieron el domingo a lo largo de Birmania”, de acuerdo con la asociación.
ONU reclama acciones severas contra el Ejército birmano
El relator especial de Naciones Unidas para Birmania, Tom Andrews, reclamó una acción más severa contra el mando del Ejército birmano, con sanciones específicas y coordinadas contra los responsables del golpe de Estado y contra los negocios de los militares, además de un embargo global de armas contra el país.
“Los líderes de esta junta militar han demostrado su capacidad para la brutalidad. El mensaje que enviaron el domingo es claro: van a continuar su asalto contra el pueblo birmano. La gente tiene un temor fundado de cuán brutal será este régimen en los próximos días, pero tienen aún más miedo, para ellos y sus hijos, de la vida bajo un gobierno autoritario”, declaró Andrews al condenar la horrible» violencia.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, en los que observadores internacionales no detectaron ningún amaño y en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.