De acuerdo al informe de la OMS lo más probable es que el virus que causa Covid haya pasado de murciélagos a humanos a través de una especie intermediaria.
El virus que causa Covid-19, el SARS-CoV-2, ya infectó globalmente a más de 128 millones de personas y causó la muerte de más de 2.8 millones.
Pero a más de un año de los primeros casos reportados en la ciudad china de Wuhan, el origen del virus sigue siendo un enigma.
Tampoco ofrece respuestas el informe divulgado este martes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras la visita a China de un equipo internacional de investigadores.
Los expertos llegaron a Wuhan en busca del origen del virus, pero debieron contentarse con muestras y evidencia aportada por las autoridades chinas. El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a China a compartir datos “en forma más extensa” en el futuro.
Ante estas dificultades, ¿qué se sabe entonces del origen de SARS-CoV-2? En estos momentos “todas las hipótesis están sobre la mesa”, afirmó el Dr. Tedros.
De acuerdo al informe de la OMS lo más probable es que el virus haya pasado de murciélagos a humanos a través de alguna especie de animal intermediario.
Y califica la hipótesis de que el virus se haya fugado de un laboratorio en Wuhan, algo que China rechaza, como “altamente improbable”, aunque no la descarta enteramente. Tedros afirmó que la hipótesis “requiere mayor investigación potencialmente en otras misiones de expertos”.
“Todas las hipótesis están sobre la mesa”, afirmó el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Sin embargo, aún con misiones adicionales y mayor transparencia de datos por parte de China, resolver el misterio del origen del SARS-CoV-2 no será fácil.
“Encontrar el origen de un virus cuando se trata de resolver dónde se inició una enfermedad es notoriamente difícil”, señaló el Dr. David Nabarro, enviado especial sobre Covid-19 de la OMS, en declaraciones al programa de radio Today, de la BBC.
“No sabemos con precisión los orígenes del VIH, ni tampoco del ébola, y llevará mucho tiempo hallar los orígenes precisos del Covid-19”.
Nabarro afirmó que “no hay que juzgar a la OMS por los resultados logrados hasta el momento en cuanto al origen del virus”, porque intentar determinar esos orígenes “siempre lleva mucho más tiempo de lo que la gente piensa”.
Qué es el “origen” de un virus
Cuando hablamos del origen de un virus, “hay dos orígenes que hay que distinguir claramente”, señaló a BBC Mundo Fernando González Candelas, especialista en epidemiología molecular de virus y bacterias, catedrático de genética de la Universidad de Valencia e investigador de FISABIO, Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana.
“Un origen es cuál es el reservorio animal en el que se encuentra el virus en estado silvestre no asociado con humanos”.
“Y otro es el origen de una epidemia o pandemia en la cual tenemos que encontrar el origen de la transmisión del virus en humanos”.
En algunos casos puede conocerse el reservorio natural, por ejemplo, ciertas especies de murciélagos, pero tal vez jamás se llega a determinar el origen de la epidemia, es decir, qué especies actuaron como intermediarias entre el reservorio natural y los seres humanos.
Los casos del SARS y el MERS
Las epidemias de SARS (síndrome respiratorio agudo grave) y de MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio) fueron causadas por coronavirus, al igual que la actual pandemia de Covid.
Más de ocho mil personas se enfermaron de SARS en 2003, de las cuales cerca de 800 fallecieron. La enfermedad de MERS afectó en 2012 a unas mil personas y causó cerca de 400 muertes. Ambas epidemias se extendieron a más de veinte países.
La civeta fue identificada como especie intermediaria en la epidemia de SARS.
Tanto en el caso de SARS como de MERS sí pudo determinarse no solo el reservorio natural sino las especies intermediarias.
Sin embargo, se trata de “dos casos excepcionales”, aseguró González Candelas.
“En el caso del SARS se identificó el hospedador natural en especies de murciélagos, y el origen de la epidemia en humanos en las civetas, un mamífero pequeño”.
En otras palabras, se halló en civetas un virus lo suficientemente cercano al virus del SARS en humanos como para determinar que esos mamíferos eran efectivamente la especie intermediaria.
“En el caso del MERS, los huéspedes intermediarios eran dromedarios”.
El investigador señaló que “hay gente que piensa que de la misma manera que se ha encontrado el intermediario del SARS y el MERS, se tiene que encontrar el intermediario del SARS-CoV-2”.
Pero advirtió que hay una diferencia “que en este caso es crucial”.
Los restaurantes en China fueron obligados a entregar las civetas en su poder durante la epidemia de SARS en 2003.
La diferencia con el SARS-CoV-2
Los casos de SARS y MERS se identificaron rápida y fácilmente porque las personas afectadas manifestaban síntomas al poco tiempo de la infección.
“Entonces es mucho más fácil hacer un seguimiento de donde te has podido infectar, con quién has estado y con qué has estado en contacto”.
“El SARS-CoV-2, en cambio, se puede transmitir desde personas que no manifiestan síntomas, puede transmitirse de forma silenciosa, oculta para los sistemas sanitarios durante un tiempo que no sabemos cuanto es, posiblemente semanas, o uno o dos meses”, explicó González Candelas.
El jefe de la misión internacional de la OMS que viajó a China, Peter Ben Embarek, señaló que es “perfectamente posible” que ya hubiera casos circulando en Wuhan en octubre o noviembre de 2019.
China informó sobre la enfermedad a la OMS el 3 de enero de 2020, un mes después de la primera detección reportada.
“El primer caso reportado fiable es de principios de diciembre, y no hay una alerta epidemiológica que llame mínimamente la atención hasta finales de diciembre”, señaló González Candelas.
“¿Qué hubo un mes antes que haya podido provocar la infección original? Lo desconocemos, porque no sabemos ni siquiera si eso se produjo en Wuhan o en otra localidad”.
“Ya sabemos que el origen del virus no es en el mercado de Wuhan. Ese es un punto de inicio epidémico, pero el virus ya estaba circulando antes” y el salto a los humanos pudo haberse producido en otro lugar.
Las hipótesis
¿Que se sabe entonces sobre el origen del SARS-CoV-2?
“Tenemos identificado el origen evolutivo (el reservorio natural) en varias especies de murciélagos”, afirmó González Candelas.
“Se está trabajando muy intensamente en ello y hay artículos muy recientes que informan de la detección de coronavirus muy próximos al SARS-CoV-2 en especies de murciélagos en el sudeste asiático, tanto en China como en otros países”.
“Lo que no ha encontrado nadie todavía es el intermediario, que es lo que iba a buscar como hipótesis de trabajo el equipo de la OMS”.
El investigador español asegura que se han planteado dos hipótesis “con un cierto fundamento científico”.
“Una es que existe una o varias especies de otros animales que han actuado de intermediarios y no las hemos identificado”.
El virus que causa Covid-19, el SARS-CoV-2, ya infectó globalmente a más de 128 millones de personas y causó la muerte de más de 2,8 millones (datos de 31 de marzo)
“Otra posibilidad es que el virus se haya escapado de un laboratorio de experimentación, de lo cual no se ha encontrado ninguna evidencia. Es muy difícil demostrar que algo no se ha producido de la manera que alguien plantea, ya que siempre hay quien pueda decir ‘estoy convencido de que el virus se ha originado en un laboratorio’. Como científicos podemos decir, es usted el que hace la afirmación, ¿dónde están las pruebas que la sostienen? Y no hay ninguna prueba”.
“El equipo de la OMS concluyó que es muy poco probable la hipótesis porque con la información de que se dispone no hay ningún dato que la avale, pero no puede decir que no se ha producido. Por eso guardan esa cautela.”
“Hay artículos muy recientes que informan de la detección de coronavirus muy próximos al SARS-CoV-2 en especies de murciélagos en el sudeste asiático”, señaló Fernando González Candelas.
En cuanto a la hipótesis de que el virus saltó a humanos a través de especies intermediarias, hallarlas no será fácil.
Las autoridades chinas eliminaron rápidamente “todo resto biológico del mercado, que fue cerrado y desmantelado”, afirmó González Candelas.
“Esto es una crítica a posteriori cuando queremos buscar el origen, pero en el momento en que las autoridades de salud pública tienen que atajar un brote epidémico, eso lo que hay que hacer para evitar la extensión de una pandemia”.
El ébola y el VIH
El Dr. Nabarro citó a ambas enfermedades como ejemplos de orígenes no identificados.
En ambos casos lo que sí se sabe es cuáles son los huéspedes naturales, explicó González Candelas.
“En el caso del VIH son varias especies de primates. Pero el VIH no ha entrado en la especie humana una única vez, ha entrado posiblemente decenas o centenares de veces”.
El VIH, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, se ha cobrado ya casi 33 millones de vidas, según la OMS.
“La pandemia de VIH en la actualidad es el resultado de seis, siete introducciones independientes, todas ellas producidas en la misma zona de África central a partir de distintas especies de chimpancé o de mangabey, que es otro primate, de forma independiente”.
“Esto quiere decir que el virus de inmunodeficiencia de simios ocasionalmente entra en contacto con la especie humana, con alguna variante que le permite su transmisión entre nosotros. Pero no podemos decir cuál ha sido el origen”.
“El origen de estas transmisiones que dan lugar a la pandemia posiblemente se sitúan en los años 20 del siglo pasado. No podemos encontrar toda la cadena de transmisión, y no podemos decir cuál ha sido el intermediario si es que lo ha habido”.
En el caso del VIH se sabe, según el investigador, que hay prácticas de preparación de alimentos en las que el fluido sanguíneo de las personas que cortan la carne con machete y con cuchillos, “en situaciones de nula higiene y precaución”, entran en contacto con fauna salvaje, chimpancés y otros primates que son consumidos como alimentos.
“A nosotros nos puede resultar repulsivo y muy poco edificante pero para ellos ha sido un medio tradicional de obtener un alimento rico en proteínas”.
El investigador señala que esos saltos repetidos del virus de inmunodeficiencia de primates a humanos no tuvieron en la gran mayoría de los casos trascendencia epidémica.
“Tal vez porque eran pocas las personas infectadas, pero ni las comunicaciones ni la capacidad de transmisión de un virus como el VIH eran tan grandes como lo son ahora para el coronavirus, aparte de que el mecanismo es muy diferente”.
Una familia aguarda para ser atendida en un clínica en Liberia durante la epidemia de ébola en 2014, que dejó más de 11.000 muertos en el oeste de África.
En el caso del ébola los científicos encontraron virus muy parecidos en especies de murciélagos.
“¿Pero cuál es el que provocó cada uno de los brotes de ébola que se están viendo desde hace cuarenta o cincuenta años?, pues no lo sabemos”.
“En la mayoría de los casos es imposible saberlo, porque cuando nos queremos dar cuenta es cuando ya se ha producido una infección que llama la atención epidemiológica o clínica a nuestra especie”.
“Se distinguen variantes del virus del ébola cada una de las cuales, aunque se conocen como separadas geográficamente también posiblemente serán separadas biológicamente. Y no podemos saber cuál de ellas ha sido responsable de un brote, pero en el caso del ébola tampoco ha habido un interés ni medios para poderlo averiguar”.
A diferencia del SARS-CoV-2, el ébola manifiesta los síntomas muy rápidamente y si se detecta un brote es más fácil averiguar quién ha sido el paciente cero del brote y donde ha estado y con qué ha estado en contacto.
“La investigación ahí tendría mayores posibilidades de tener éxito, pero no se realiza porque no hay medios para hacerlo”.
La epidemia de ébola de 2014-2016 en el oeste de África causó la muerte de más de 11 mil personas.
“Sería muy sorprendente”
Dilucidar el origen de un virus no influirá en como tratarlo.
Pero es importante porque permite prevenir futuros casos de salto de especies, explicó González Candelas.
“Determinar el origen del virus nos permite dirigir nuestra vigilancia para la prevención de futuras epidemias a especies o zonas geográficas de alto riesgo, ya que si no identificamos el origen vamos a estar dando palos de ciego y dilapidando los recursos porque no serán usados en forma eficiente”.
Para el investigador español “lo más plausible en el caso del SARS-CoV-2 es que haya habido una serie de especies intermediarias pero no toda la especie, sino individuos intermediarios”.
Basta entonces con que unos cuantos animales en una granja o granjas, o en un mercado, funcionen como intermediarios.
“No sabemos cómo es la cadena de transmisión, y sin conocerla podemos estar mirando a uno de los representantes de esa especie intermediaria pero que no ha estado implicado en la transmisión. Si está libre de virus vamos a decir ‘no hay virus’ en la civeta o en un tejón o en cualquier otra especie, pero es que nosotros estamos mirando lo que hay hoy”.
“No podemos estar buscando lo que hubo hace tres años, diez años, o cuarenta años, que es la distancia que se supone separa a los virus en murciélagos de los virus que ya han aparecido en humanos”.
González Candelas asegura que será muy difícil determinar cuál fue la especie intermediaria en el caso del SARS-CoV-2.
“Lo más probable es que no consigamos encontrar el origen del virus. A mi modo de ver es muy, muy difícil, y sería muy sorprendente que sucediera porque tenemos muchas incógnitas que será muy difícil que se puedan resolver”.