La fuga que fue reparada durante las primeras horas de ayer, llegó hasta el estacionamiento, sin llegar a los arenales de la playa, aunque desprendió olores pútridos durante horas.

Según la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) en el municipio de Benito Juárez, atender esta alcantarilla correspondía al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), la cual realizó las reparaciones correspondientes.

En aquella ocasión, los vecinos incluso protestaron con pancartas para que Fonatur diera su autorización para que se retomaran las obras para cerrar la fuga, que estaban suspendidas desde hacía ochos meses atrás.

Arturo González, encargado de despacho del Área de Protección de Flora y Fauna Manglares de Nichupté, explicó las consecuencias de verter aguas negras en ecosistemas tan delicados como los arenales y los manglares de la zona hotelera, pues tienen una repercusión no sólo en los ecosistemas donde se depositan, sino en los alrededores.

“Hay que recordar que a veces estas descargas tienen aceites y combustibles que tienen compuestos como azufres y metales pesados que afectan a la fauna y flora de los alrededores. Al ser una coladera, también tiene heces que emiten gas metano, uno de los gases que más contribuyen a la contaminación, al igual que el carbono”.

También pidió que las autoridades revisen que los hoteles y negocios cumplan con el tratamiento de sus aguas residuales, para ser dispuestas en sus propios sistemas de tratamiento, o bien, en caso de carecer de uno, en los que dispuso el estado.

A esto, hay que sumar las afectaciones a la salud humana por estas descargas, que pueden originar problemas de salud, como enfermedades gastrointestinales, como la disentería

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