La final inglesa de la Champions League en Wembley está resultando problemática y el choque entre Chelsea y Manchester City podría terminar haciéndose en Portugal.
La UEFA tuvo que quitar la sede de la final a Estambul por segundo año seguido porque Turquía fue incorporada el viernes a la lista de países a los que no pueden viajar los ingleses por sus brotes de coronavirus.
De inmediato se habló de la posibilidad de jugar el partido del 29 de mayo en Wembley, pero las conversaciones entre la UEFA y el gobierno inglés no fueron a ninguna parte el lunes porque las autoridades inglesas no aceptan un pedido del organizador de la contienda de que se permita la llegada de periodistas, patrocinadores e invitados, según informó a la Associated Press una persona al tanto de la situación. La fuente habló a condición de no ser identificada porque no estaba autorizada a comentar el tema.
La UEFA dio al gobierno británico hasta el martes para decidir si va a autorizar exenciones. Si no lo hace, podría cambiar la sede a Portugal. El Estadio do Dragao de Porto, con capacidad para 50 mil espectadores, es una de las alternativas de la UEFA.
La final del año pasado se disputó en el estadio de Benfica en Lisboa y Bayern Múnich derrotó a París Saint Germain.
Portugal figura en la “lista verde” de los ingleses de 12 territorios de bajo riesgo cuyos visitantes no tendrán que hacer cuarentena al regresar a Inglaterra a partir del próximo lunes. Esto facilitaría el desplazamiento de hinchas del City y de Chelsea. Portugal, no obstante, tendría que levantar la prohibición a las visitas de turistas británicos.