Con el inicio hoy de la vacunación contra el covid-19, para rezagados con edades desde los 30 hasta los 60 años, que se juntó con la inoculación del medicamento a jóvenes a partir de los 18 años, la jornada se convirtió en una maratónica y tumultuosa tarea para el personal médico de los distintos módulos instalados en Cancún.

Pues fieles a las costumbres de los ciudadanos mexicanos, muchos prefirieron dejar hasta el último momento la tarea de acudir a vacunarse contra el virus pandémico, una buena parte de ellos, porque ahora les fue solicitado como un requisito laboral indispensable en sus centros de trabajo, según comentaron.

Y aunque en teoría, optar por vacunarse es una cuestión voluntaria, una inmensa mayoría de empresas han decidido exigirlo de manera tácita como requisito a los empleados para poder desempeñar sus labores, sobre todo, a quienes tienen contacto con el público en general y el turismo.

Es por eso que, desde muy temprano que los módulos abrieron, en algunos de ellos sobre todo los que concentran mayor número de colonias, se pudieron observar filas kilométricas que lejos de disminuir, aumentaban con el paso de las horas, llegando a aglutinarse en filas como las de el Hospital General hasta mil 500 personas esperando bajo el sol.