Hace unos días un El Comité de Expertos convocado por la OMS, se reunió para delibrar si el brote de ‘viruela del mono’ respondía a una emergencia internacional

Parece que los últimos dos años no nos han dado respiro en lo que a enfermedades se refiere. Desde el estallido del coronavirus, que continúa ahora su escalada con un aumento de los casos en la mayor parte del territorio mundial, una oleada de enfermedades que se creían erradicadas o eran endémicas de territorios muy concretos, están dando la cara. Desde la hepatitis en niños hasta el nuevo brote de viruela del mono que ha afectado a unas 4.500 personas en más de 50 países, En España aparecieron los primeros casos el 18 de mayo, cuando la Comunidad de Madrid notificó los primeros ocho sospechosos. El Ministerio de Sanidad confirmó el 20 de mayo siete tras la secuenciación parcial del virus, junto a otras 31 muestras que dieron positivo a viruela no humana.

España es el segundo país con mayor número de casos, después de Reino Unido. Según datos del Ministerio de Sanidad actualizados del 16 de junio, se han notificado 497 casos, más del 70 % en la Comunidad de Madrid. Debido a esta escalada, que continúa en ascenso, el pasado jueves, el Comité de Expertos convocado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se reunió para evaluar el aumento de casos de viruela del mono registrado en las últimas semana. Por el momento, Europa y países de otras regiones no debe considerarse una emergencia sanitaria internacional, como sí ocurrió con la covid-19.

Eso sí, destacaron que “es especialmente preocupante su propagación rápida y continua a nuevos países y regiones, así como el riesgo de una mayor transmisión a grupos vulnerables, como personas inmunodeprimidas, mujeres embarazadas y niños”, según las conclusiones de los expertos.

A diferencia de la covid-19, la viruela del mono no es un virus nuevo, es relativamente estable y la inmunidad que se adquiere una vez pasada la enfermedad es duradera, no se transmite de forma muy eficaz entre personas y la enfermedad que produce es leve en la mayoría de los casos. Pero, ¿Qué significa la declaración de una ‘emergencia internacional’ en la progresión de una enfermedad?

DECLARAR UNA ‘EMERGENCIA INTERNACIONAL’

La declaración de la emergencia internacional responde a ”un evento extraordinario que se determina que constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados a través de la propagación internacional de la enfermedad y que potencialmente requiere una respuesta internacional coordinada”, formulada cuando surge una situación que es ”grave, repentina, inusual o inesperada”, que ”conlleva implicaciones para la salud pública más allá de la frontera nacional del Estado afectado” y ”puede requerir una acción internacional inmediata”.

Esto pretende incrementar la coordinación entre los países y reforzar los mecanismos para la búsqueda activa de casos y la implementación internacional de medidas que ayuden a poner freno a la circulación del virus, algo que irá revisándose en las próximas semanas según cual sea la progresión del mismo. Esta declaración no solo se limita a enfermedades infecciosas, y puede cubrir una emergencia causada por un agente químico o un material nuclear nuclear. Es una medida de ”llamado a la acción” y ”último recurso”.

Lo que preocupa a los expertos es que para unos ojos no entrenados, la viruela del mono puede confundirse fácilmente con otros diagnósticos con afección dermatológica como la varicela, herpes zoster, herpes simple, sífilis, gonorrea o moluscos contagiosos. Por ello, se seguirá con atención el ritmo de aumento de casos en los próximos 21 días dentro de la población actualmente afectada y fuera de ella, el número de casos entre los trabajadores del sexo, y una potencial propagación dentro de los países con casos y en otros donde por ahora no han sido detectados.

”Los gobiernos no necesitan esperar una declaración oficial para actuar de manera coordinada y mesurada. Cuando se hayan identificado casos, serán cruciales las respuestas rápidas de salud pública, como una mejor vigilancia de la enfermedad, el rastreo de contactos y el autoaislamiento”, sostienen.

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