«Los grupos criminales operan como un gobierno alterno. Son estructuras de poder que desde las sombras, se infiltran en las instituciones públicas y marcan las reglas de operación”.


La situación de inseguridad y violencia que se vive en muchas regiones de México, hace que surja la pregunta de quién controla el país, si el gobierno o el narco. En muchas zonas pareciera que las fuerzas del orden público perdieron el poder y ahora son los grupos criminales quienes imponen las reglas.

La visión e interpretación de esto puede tener varias facetas, desde la netamente alarmista en donde se asegura que la estrategia del gobierno (ya sea local, estatal o federal) es un fracaso y México está en manos de los criminales.

Hasta una totalmente positiva y romántica, como es la visión del presidente López Obrador, donde su argumento mediático de que prefiere los “abrazos a los balazos”, es igual de infructuosa para combatir al narco y los grupos criminales.

Un poder detrás del poder

Tal vez el punto medio de todo esto, sea entender que los grupos criminales operan como un gobierno alterno. Son estructuras de poder que desde las sombras, se infiltran en las instituciones públicas, marcan las reglas de operación, sobornan a los funcionarios y en otros casos, amenazan o eliminan a los que se oponen a sus deseos.

¿Hay alguna opción para oponerse a esto? La realidad es que no, salvo que se ponga en riesgo la vida misma de las personas que así lo decidan. ¿Entonces bajo estos métodos, controlan algunas regiones del país? La respuesta es contundente: sí.

Una dura realidad

Por eso las declaraciones del secretario de Estados de los Estados Unidos, Antony Blinken, cuando en una comparecencia en el Senado de su país y ante la pregunta expresa de si el narco controla algunas zonas de México, tuvo que responder que en efecto eso sucede.

En esa sesión, el senador republicano Lindsey Graham, cuestionó a Blinken sobre si hay partes de México donde el gobierno no tiene control ante los cárteles, a lo que el secretario de Estado estadounidense respondió: “sería justo afirmar que sí”.

Esta no es la primera vez que algún miembro del gobierno de los Estados Unidos o algún organismo oficial de ese país, hace ese tipo de declaraciones.

No hay que olvidar que algunos legisladores republicanos propusieron incluso que el Ejército estadounidense invadiera México para combatir a los cárteles de las drogas en propio territorio mexicano.

Y la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA), considera a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), como las principales amenazas «para la salud y las comunidades» de su país.

Esto no solo por ser los principales productores y distribuidores de fentanilo, una droga sintética que se ha convertido en el enemigo público número uno de los Estados Unidos, sino por el poder que tienen de modificar la gobernabilidad de las regiones donde operan.

México niegas esas acusaciones

Las últimas declaraciones de Blinken, así como los deseos invasionistas de los legisladores republicanos, han provocado el enojo del gobierno mexicano y del presidente López Obrador, quien expresamente rechazó lo dicho por  el secretario de Estado estadounidense y aseguró que es falso que el narco controla México.

Según AMLO, “no hay ningún lugar en el territorio nacional donde no haya presencia de la fuerza federal” y de autoridades públicas, por lo que el gobierno mexicano ostenta el control total del territorio nacional.

Esto es realmente cierto, pero lo preocupante como ya lo comentamos, es que finalmente el crimen organizado se ha consolidado como un poder paralelo al de las autoridades, instituciones y fuerzas de seguridad.

Esto a pesar de los esfuerzos del gobierno federal, en donde aseguran que además de los “abrazos” también han implementado medidas en contra de los cárteles de las drogas para desmantelar laboratorios clandestinos, decomisar toneladas de droga y detener a líderes criminales.

Pero paradójicamente, AMLO tuvo que reconocer públicamente en una de sus conferencias mañaneras, que en estados como Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua y Jalisco, los homicidios siguen a la alza y esto tiene que ver con la presencia de cárteles de las drogas.

Tal vez AMLO tenga razón en que el gobierno sigue teniendo el control institucional del país, pero lo triste y preocupante, es que el control de la vida cotidiana y de lo que pasa con las personas en regiones muy amplías de México, ya está bajo el mando del crimen organizado y por eso tantos homicidios, extorsiones, secuestros y desapariciones.

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