Militares ucranianos disparan un obús junto a la población de Novoluhanske, en el área de Donetsk, Ucrania, hoy 11 de enero de 2018. EFE/ Markiian Lyseiko

La cumbre para la paz en Ucrania que se realizará en Suiza elevará al más alto nivel político internacional la cuestión de cómo incorporar a Rusia en unas verdaderas negociaciones políticas para poner fin a la guerra que mantiene desde hace casi veintiocho meses con su vecino, dijo el Gobierno suizo.

“Vamos a acoger esta conferencia para la paz porque estamos listos para llevar el diálogo hasta el más alto nivel político, para confrontar todos los puntos de vista y ver cómo Rusia puede estar implicada”, explicó el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, en una rueda de prensa en la que las autoridades explicaron la organización y las expectativas en torno al evento.

La reunión tendrá lugar en un complejo hotelero ubicado en una apartada zona del centro del país, con el fin de permitir a noventa delegaciones nacionales que han anunciado su presencia -cerca de la mitad lideradas por jefes de Estado- trabajar durante dos días lejos del asedio mediático y rodeados de las máximas medidas de seguridad.

La idea que prevalece entre los organizadores suizos tras consultas con varios países influyentes es centrar la conferencia en tres puntos esenciales: la situación humanitaria y de los prisioneros de guerra, la seguridad nuclear y la seguridad alimentaria (incluido el tráfico comercial por el Mar Negro), que forman parte de distintos planes de paz esbozados hasta ahora, según explicó la presidenta de Suiza, Viola Amherd.

“Estos temas representan medidas de confianza que son fundamentales para construir la gramática de la paz, más allá de los diferentes puntos de vista sobre esta guerra y que estamos dispuestos a confrontar en Bürgestock”, detalló Cassis, en referencia al lugar de la conferencia.

Preguntado sobre las posibilidades de que esta conferencia sirva para tender puentes de diálogo, el ministro de Exteriores comentó que “nadie puede esperar garantías incluso antes de que empiece la conferencia, en la que ni siquiera están las dos partes que se enfrentan en esta guerra”.

Aclaró que la intención de esta gran cumbre de líderes es lanzar una dinámica hacia la paz y que se pueda adoptar una declaración que ponga en claro los pasos a seguir, en particular cuál será el seguimiento que se hará y cómo se incitará a Rusia a participar.

El Gobierno suizo, como anfitrión y organizador, fue el responsable del envío de las invitaciones, pero se abstuvo de remitir una al Gobierno ruso, que anticipadamente había rechazado el plan de esta reunión y adelantado que no participaría de ningún modo.

Cassis recordó esa posición para justificar que Rusia no haya recibido una invitación, pero reconoció por primera vez que el Gobierno de Ucrania también había dejado claro que no estaba dispuesto a sentarse a la misma mesa que sus agresores.

A este respecto, el ministro enfatizó que cualquier proceso de paz “solo será exitoso si todas las partes participan”, pero que este ánimo de inclusión no podía aplicarse desde el primer momento.

Precisó que la voluntad de Rusia de participar será la condición previa al lanzamiento de un real proceso de paz, lo que -reconoció- puede tomar semanas o meses.

Las autoridades confirmaron que ni Brasil ni Sudáfrica -dos de los socios de Rusia en el grupo de los BRICS de economías emergentes- enviarán delegaciones de alto nivel a esta reunión, mientras que China no participará, a pesar de que estuvo involucrada en la “fase exploratoria”, mostrando “apoyo e interés”.

En las últimas semanas, coincidiendo con la etapa más intensa de los preparativos, Suiza ha sufrido importantes ciberataques, reveló la presidenta Amherd, quien dijo que el país está preparado para estas eventualidades, así como para otro tipo de amenazas, incluidas las que afecten a infraestructuras críticas.

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