🔸 Un juez podría decidir con quién se queda el animalito de compañía en caso de un pleito entre los cónyuges

#CDMX | “Si tú te vas y yo me voy, ¿con quién se queda el perro? Si quieres llévate el Picasso, que al cabo es una imitación”, dice la canción de Jessy & Joy, que ahora tiene más sentido en el Congreso de la Unión.

Y es que el diputado de Morena, Armando Corona Arvizu, presentó una iniciativa para adicionar al artículo 284 del Código Civil Federal la figura de ‘Tutela de Mascotas’ en caso de que los dueños decidan divorciarse.

Esta iniciativa busca que los animales de compañía, en caso de una separación de sus dueños, los jueces puedan decidir las condiciones más favorables para el bienestar de la mascota o como lo llaman ahora ‘perrihijo’ o ‘gatihijo’, según sea el caso.

“Ya no son vistas simplemente como animales de compañía o propiedad, sino como seres que forman parte integral de la vida familiar y emocional de sus dueños… Este cambio de paradigma ha generado un creciente reconocimiento social y jurídico de que las mascotas tienen necesidades emocionales y físicas, y que la relación con sus cuidadores tiene una profundidad similar a la de otros lazos familiares”, dijo el morenista.

El legislador mencionó que en la actualidad a las mascotas se les trata como un bien patrimonial y carecen de autonomía y valor afectivo, y cuando sucede un divorcio el animal queda expuesto a su suerte sin importar lo que pueda sentir.

Al igual que otro miembro de la familia, la mascota va a requerir de cuidados, estabilidad y seguridad, por eso que se prestó la iniciativa ‘Tutela de Mascotas’.

La propuesta de Morena busca las siguientes medidas para que el animal esté emocionalmente estable y pueda tener el cuidado que le corresponde.

Afecto y apego: Las mascotas, debido a que desarrollan un vínculo emocional con alguno de sus dueños, al igual que en los casos de custodia de menores, es fundamental valorar con quién ha tenido un mayor apego y en qué entorno emocional podría mantenerse esa relación de forma saludable.

Estabilidad de hogar: El bienestar de cualquier animal, durante un proceso de divorcio, será fundamental en los cambios de hogar y para que no se sienta mal, un juez podría determinar el entorno más adecuado y seguro para él, considerando cuál de los dos cónyuges puede ofrecerle un entorno saludable y que no lo estrese.

Economía y cuidado: Este rubro permitirá valorar quién de los cónyuges tiene la capacidad económica y la disposición para cubrir las necesidades de la mascota. Pero en caso de que el animal sea deseado por ambas partes, existirá la posibilidad de establecer un régimen de convivencia.

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