🔸 Mark Longo y su esposa, Daniela, dueños de la mascota, emprenderán acciones legales contra el condado y el estado de Nueva York
#VIRAL | El reciente fallecimiento de Peanut, una ardilla rescatada y querida mascota en redes sociales, ha despertado indignación pública y ha llevado a sus dueños a emprender acciones legales contra el condado y el estado de Nueva York.
Mark Longo y su esposa, Daniela, decidieron actuar legalmente tras la incautación y eutanasia de Peanut y Fred, un mapache también rescatado por la pareja, realizada por el Departamento de Conservación Ambiental (DEC) del estado.
Los Longo han recibido apoyo masivo de personas en redes y de figuras destacadas como el empresario Elon Musk y el congresista Nick Langworthy, quienes han expresado su inconformidad con las acciones del estado.
Historia de Peanut y su impacto en redes sociales
Peanut, rescatada hace siete años luego de que su madre muriera atropellada, se volvió famosa en redes sociales por sus adorables videos y fotografías.
Su dueño, Mark Longo, la mostraba haciendo trucos, luciendo gorros y comiendo bocadillos. Las publicaciones de Peanut llegaron a miles de personas que disfrutaban de sus entrañables travesuras, lo que la convirtió en una pequeña celebridad digital en plataformas como Instagram y TikTok.
Por su parte, Fred, el mapache, fue acogido temporalmente por los Longo mientras recuperaba su salud, hasta que el estado intervino para confiscar ambos animales por sospechas de rabia.
La controversia comenzó cuando, según el comunicado del DEC, un equipo de la agencia acompañado por el Departamento de Salud del Condado de Chemung ejecutó una orden de allanamiento en la propiedad de los Longo, argumentando que los animales salvajes bajo su cuidado representaban un potencial riesgo de exposición a la rabia.
En el operativo, que fue autorizado por múltiples agencias, Peanut y Fred fueron sacrificados para someterlos a pruebas de rabia; sin embargo, Longo asegura que no presenció ningún incidente de mordedura durante la redada y niega las alegaciones de las autoridades, que afirman que Peanut mordió a uno de los oficiales presentes.
El DEC explicó en un comunicado que tanto el bienestar público como la salud de las personas involucradas en la operación justificaron la eutanasia inmediata de ambos animales para descartar la presencia del virus de la rabia.
Sin embargo, esta medida extrema ha sido fuertemente criticada por quienes consideran que existían alternativas menos invasivas, como la cuarentena de los animales mientras se realizaban las pruebas.
La indignación de los seguidores de Peanut fue amplificada en redes sociales luego de que Elon Musk publicara en X (anteriormente Twitter): “¡NO está bien que el gobierno entre en tu casa y mate a tus mascotas! ¿Qué ha sido de la Tierra de la Libertad?”.
Nick Langworthy, congresista de Nueva York que representa al distrito 23, también manifestó su desaprobación, calificando la medida de “extralimitación del gobierno estatal”.
En una entrevista, Langworthy afirmó que planea solicitar explicaciones formales tanto al DEC como a la oficina de la gobernadora Kathy Hochul, considerando que el caso de Peanut no justificaba un operativo de tal magnitud.
“La reacción fue totalmente desproporcionada”, declaró el congresista, quien, junto con otros miembros del Congreso, planea exigir que el estado de Nueva York asuma responsabilidad por el trágico incidente.
Acciones legales y posibles reformas
Longo y su esposa han anunciado que iniciarán un proceso legal contra el estado y el condado para exigir responsabilidades y justicia por la pérdida de sus mascotas.
“Peanut no murió en vano”, comentó Longo, quien ha recibido el respaldo de activistas por los derechos de los animales y del público en general.
Su objetivo, dijo, es evidenciar el abuso de recursos y poder en la forma en que se gestionan estos casos en Nueva York.
El caso ha resaltado la necesidad de reformas en la gestión de la vida silvestre y la protección de los derechos de las personas que cuidan animales rescatados.
Para Mark Longo, la pérdida de Peanut representa más que una tragedia personal; es una oportunidad para cuestionar y revisar los procedimientos del gobierno en temas de bienestar animal y la transparencia de las autoridades en casos de salud pública.
La conmoción que generó la eutanasia de Peanut y Fred plantea preguntas sobre las políticas actuales de control de fauna silvestre y la ética de las intervenciones estatales en estos casos. Mientras la demanda avanza, el público y figuras como Langworthy continúan exigiendo respuestas y una explicación clara sobre los límites del poder gubernamental en el manejo de animales considerados “peligrosos” sin pruebas concluyentes de enfermedad.