Urnas, agentes electorales, sesiones de capacitación en medio de la sierra: a menos de dos semanas de las presidenciales en México, los ensayos tienen lugar hasta en las más remotas comunidades indígenas donde votar es una hazaña.

“Vamos a tratar de aprender entre todos cómo va a estar el día de la elección”, dijo un representante del Instituto Nacional Electoral (INE) a los funcionarios locales vestidos con trajes tradicionales en Tuxpan de Bolaños (estado de Jalisco, oeste).

La capacitación se llevó a cabo el pasado sábado en una comunidad wixárika, uno de los pueblos ancestrales más representativos de México por su cultura.

“Es un poco difícil por la zona”, declaró a la AFP Catrina Ávila, que recibe formación para gestionar un colegio electoral el 2 de junio. Ávila recordó que por la lejanía de los centros urbanos a veces no llega el material electoral.

“En elecciones pasadas hubo dificultades” para sufragar, señaló a su vez el representante del INE, Roselvet Toledo, quien llegó desde la capital de Jalisco, Guadalajara, a varias horas de viaje.

“Ahorita hay mucho entusiasmo porque van a acudir a votar, porque van a ser funcionarios de casillas (puestos electorales)”, añadió Toledo.

Autoridades tradicionales
Por motivos de seguridad, los equipos del INE y el periodista de la AFP regresaron antes del anochecer a Guadalajara vía Tequila (cuna del famoso destilado).

En las elecciones legislativas de 2021, indígenas wixárikas debieron caminar hasta cuatro horas para llegar a la mesa de votación instalada en el municipio de Mezquitic (Jalisco), al que solo se accede por senderos de tierra, constató entonces la AFP.

Lo hicieron desafiando la amenaza de narcotraficantes que acechan sus comunidades y se disputan el control de rutas de escape ante eventuales operativos de las autoridades. Como parte de esta rivalidad, los indígenas de la región denuncian continuamente hostigamientos.

En México hay 23.2 millones de personas que se identifican como indígenas, según el censo oficial de 2020, cuando la población nacional se estimaba en 126 millones de habitantes.

También el domingo otra comunidad originaria, los purépechas de Michoacán (oeste), designaron a sus líderes tradicionales en una votación en Cherán.

El municipio indígena de Cherán en 2011 decidió autogobernarse bajo sus usos y costumbres, ante el cansancio de los habitantes por los abusos del crimen organizado.

“No ha sido fácil. En un principio hubo consecuencias, costó vidas, costó extorsiones, costó amenazas”, recuerda un dirigente de la comunidad, Marco Hugo Guardian.

Integrantes del Instituto Electoral de Michoacán (IEM) participan como “observadores”: “Es una autoridad política la que se está eligiendo”, señaló a la AFP el consejero electoral Juan Adolfo Montiel.

Como una forma de inclusión de sectores históricamente marginados, el IEM determinó como obligatorio que cada partido incluya a 18 indígenas en sus listas de candidatos a alcaldes y diputados estatales.

México se prepara para celebrar el 2 de junio los comicios más grandes de su historia, en los que serán elegidos presidente, congresistas, nueve de 32 gobernadores y miles de funcionarios locales.

En total, poco más de 20.000 cargos están en disputa, en una campaña marcada por la violencia del crimen organizado, con balance de 29 aspirantes asesinados desde el pasado 23 de septiembre cuando inició el proceso electoral.

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